Lo que al principio pareció ser una noticia mas de la crónica de sucesos de algún diario local se ha convertido en un problema de dimensión nacional que ya ha precisado una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, un Consejo de Ministros extraordinario y varias reuniones de Gobernadores civiles, además de ocupar a diario la portada de los principales periódicos. Menos del brutal empobrecimiento de la población de este país se habla de casi todo.
Pues hoy vamos a hablar del curandero de Samunge, un minúsculo poblado en la comarca de Loliondo, distrito del Ngorongoro, situado sobre uno de los bordes escarpados que dominan el espectacular lago Natrón. Un Pastor jubilado de la iglesia luterana evangelista, quien a sus 76 años oyó la voz de dios ordenándole curar a sus semejantes mediante la administración de un brebaje obtenido con la cocción de las raíces de un arbusto local denominado "mugariga" (antiaris toxicana en la escala de Plinio), una planta que, por cierto, es especialmente venenosa.
Este visionario multireincidente, pues afirma seguir hablando con Dios cada semana, se llama Ambilikile Mwasapile y niega ser un curandero tradicional o un herbalista cualquiera, insistiendo en que es un simple "sanador de almas" que cumple ordenes divinas, y que la pócima que administra, si se tiene fé, cura enfermedades como el SIDA, la diabetes, el asma, el cáncer, la tuberculosis y hasta la hipertensión. Para que la poción sea eficaz, el paciente debe, además de tener fé, tomar tan solo una taza, siempre de las manos del pastor Mwasapile y abonar por el tratamiento 500 chelines (30 céntimos de euro).
La voz se corrió como la pólvora, junto a los testimonios de enfermos que dijeron haber sanado o sentirse mejor de sus dolencias tras haber bebido la poción mágica. El resultado ha sido una deserción masiva de enfermos de los hospitales, muchos de ellos graves o en fase terminal, y la peregrinación a ese poblado remoto de miles de personas procedentes de toda Tanzania y del extranjero.
La histeria colectiva que han causado el Pastor Mwasapile y su pócima milagrosa, está, por lo pronto, provocando un triple fenómeno:
1. Un riesgo de crisis humanitaria grave. Se calcula que en estos momentos hay en el poblado de Samunge mas de 24.000 personas - es imposible precisar la cifra exacta - que aguardan dentro de 4.000 vehículos en una fila de mas de 55 km la administración de la pócima. Cada semana, en esa interminable cola, fallece una media de 10 personas, cuyos cadáveres, según testimonios recogidos, son tratados a lo maasai, es decir abandonados en la espesura de la sabana para ser rápidamente pasto de buitres y hienas.
Esta peregrinación masiva se esta produciendo en un entorno rural alejado de los grandes ejes de comunicación, en un territorio de difícil acceso y que no cuenta con servicios básicos mínimos, lo que aumenta la inseguridad, los riesgos de contagio y las epidemias.
Por si fuera poco, la situación ha empeorado con la llegada de la época de lluvias torrenciales en el norte de Tanzania, obstaculizando el avance del flujo de peregrinos, y que además de poner en peligro la integridad física de los peregrinos está también dificultando la preparación de la pócima, que se hace en una gran marmita al aire libre en el patio trasero de la casa de Mwasapile.
2. Un negocio multimillonario en torno al Pastor curandero. El sanador cobra una ínfima cantidad por administrar su pócima y dicen sus allegados que no ha gastado todavía ni un chelín de lo que lleva recaudado y que lo empleara en instalarse en otro lugar mas grande y accesible para facilitar y atender mejor al flujo de peregrinos.
Pero el verdadero negocio se encuentra en manos de los touroperadores turísticos y agencias de alquiler de vehículos en Arusha que están haciendo su agosto en pleno mes de abril, habitualmente de paro forzoso por ser temporada de lluvias y baja para el turismo. Se están llegando a cobrar mas de 960.000 chelines por viaje desde Arusha a Samunge en vehículo 4x4 (unos 600 euros), cantidad que triplica ampliamente la que se cobra a los turistas que visitan los parques naturales del norte de este país en los meses estivales. También se ha multiplicado por tres el precio de los billetes de autobuses de línea regular y del agua mineral, y por cuatro el de alimentos básicos como el arroz.
Por su parte, las autoridades locales también hacen negocio: están cobrando una tasa de 5.000 chelines por vehículo (unos 3 euros) y de 150.000 por helicóptero o avioneta (90 euros), cantidades que supuestamente van a ser destinadas a proporcionar servicios básicos a los peregrinos :-)
No solo se están obteniendo ingentes beneficios económicos. Algunos parlamentarios están fletando autobuses para que sus votantes puedan peregrinar a Samunge, cuando en el pasado no mostraron ningún celo en ayudar a paliar la falta de medicamentos para luchar contra enfermedades endémicas como la malaria en sus respectivas circunscripciones.
3. Nadie, ni el Gobierno ni la oposición ni los medios de comunicación, están hablando de otros temas menos sexi pero acuciantes, como son el empobrecimiento acelerado de una buena parte de la población (el 40 % de los tanzanos vive por debajo del umbral de pobreza) debido a la depreciación del chelín frente al dólar y el incremento vertiginoso del precio de los alimentos y de los combustibles (aquí el litro de gasofa cuesta lo mismo que en España pero son 50 veces más pobres).
Por cierto, el Gobierno pudo en su momento haber prohibido las practicas del Pastor curandero considerándolas como un ejercicio ilegal de la medicina, pero por prudencia no lo hizo, pretextando que se trataba de "una cuestión de fe" que merece el mismo respeto que el de las peregrinaciones en búsqueda del agua milagrosa de Lourdes. Ya parece tarde, por tanto, para eliminar el problema de raíz, con mayor motivo cuando los análisis de la pócima han determinado que no ofrece peligro para la salud humana.
Con este fenómeno desatado de forma incontrolada - el trasiego de helicópteros, avionetas y todoterrenos es constante y empiezan a afluir peregrinos de Europa, Asia y Próximo Oriente - la principal preocupación de las autoridades es evitar una catástrofe humanitaria :-))
La primera medida tomada ha sido limitar el acceso al poblado de Samunge a 2.000 personas al día, y también aquí hay negocio para la policía local, que cobra entre 30.000 y 50.000 chelines por dejarte pasar (de 18 a 30 euros, dependiendo del color de piel), entres o no en el cupo diario :-)))
¿Estamos ante una versión a la africana del mito del árbol de la vida (en este caso arbusto y además sin el unicornio) y del manantial de agua de vida que brota de entre sus raíces, celosamente administrada por un guardián divino? No olvidemos que en este país - como en los de su entorno - el animismo y la creencia en las practicas de brujos y curanderos tradicionales están muy arraigadas en la población con independencia de la religión que profese cada cual. No puede extrañar, por tanto, la amplitud que esta tomando el fenómeno del Pastor curandero, a quien visitan el pueblo llano pero también altos funcionarios del Gobierno, políticos y empresarios, lo cual denota también la confusión, la desesperanza y la desconfianza existentes en esta sociedad.
El tiempo dirá si Mwasapile es un verdadero hombre de fe hacedor de milagros, un curandero tradicional con estilo propio y marchamo de credibilidad por llevar alzacuellos, o un farsante cuyas fechorías se sumaran mas tarde o mas temprano a otras ya descubiertas, como los esquemas piramidales y cooperativas religiosas fraudulentas que se desmontaron en 2009 (recuerdo el caso de la Iglesia de la Liberación de Jesucristo, que estafó sus ahorros a medio millón de feligreses en todo el país). Yo soy un mal pensado, ya saben, así que apuesto por la última posibilidad.
En todo caso, y salvando las distancias, este tipo de fenómenos se produce también en nuestras propias sociedades. En concreto me ha recordado al problemón que se le plantea al alcalde de Bugarach, en el sureste de Francia, donde el monte cercano, que toma su nombre de este pequeño pueblo de 200 habitantes, esta empezando a ser invadido por cientos de milenaristas y otros iluminados que creen que será el único lugar de la tierra que escapara al fin del mundo previsto en el calendario maya el 21 de diciembre de 2012. Sí, sí, lo que oyen, quiero decir, lo que leen.
A su Alcalde se le plantea el mismo dilema: llamar a los CRS y desalojar a porrazos a todos los neohippies okupas por establecerse ilegalmente en terrenos comunales, o sacar el mayor partido económico posible, sobre todo con la vista puesta en "el día después". No tenemos remedio...