Zoe

domingo, 6 de noviembre de 2011

REPRIME, QUE ALGO QUEDA

A este probo capitán - lo gradúo por las tres estrellas de cinco puntas  que veo en sus hombreras - de la policía de Uttar Pradesh, la región más poblada de la India con 200 millones de habitantes, sus superiores le han ingresado a la fuerza en un hospital psiquiátrico por supuesta enajenación mental, en concreto un trastorno bipolar permanente.

El policía, que se llama D.D.  Misra, había asegurado poco antes en rueda de prensa que el Ministro Principal de la provincia, un tal Mayawati, es un corrupto de mucho cuidado, como son todos los integrantes del equipo que le rodea. "En este gobierno hay mucho chorizo, es el más corrompido de nuestra historia", dijo el capitán de policía a la cadena INB-7 poco antes de que los loqueros se lo llevaran esposado al psiquiátrico.

Misra es policía, y lleva muchísimos años persiguiendo la delincuencia. No creo que haya persona mejor situada que él para saber que, en efecto, los gobernantes de esa provincia india son un atajo de granujas. Pero le ha tocado las narices al poder... y se le ha aplicado la doctrina del gulag siberiano (lo de la enajenación mental nos suena ¿no?). Lo bueno de esta historia es que estamos en la India, potencia emergente y supuestamente democrática - hasta que se abola definitivamente la marginación de la mujer y el régimen de castas a mi no me la pegan, no - así que junto al anuncio de su ingreso médico se ha asegurado a la población que se abrirá una investigación sobre las personas que denunció en sus alegatos ante la prensa.

Caso similar es el del Teniente General del Ejército de los EEUU, Peter Fuller, que acaba de ser cesado fulminantemente como jefe adjunto de la operación militar de la OTAN en Afganistán "por haber realizado unas desafortunadas declaraciones".

Al igual que Misra, Fuller se atrevió a decir la verdad al acusar al Presidente afgano Karzai y a su Gobierno de corrupto, además de afearle sus declaraciones de desapego a Estados Unidos ("si EEUU ataca a Pakistán nosotros estaremos del lado de Pakistán") cuando los contribuyentes norteamericanos llevan gastados 11.600 millones de pavos en llenar los bolsillos a ese sátrapa feudal, misógino y completamente inútil salvo para enriquecerse. Lo malo es que, por si no lo sabían, ya llueve sobre mojado: el año pasado el General Stanley McCrystal, comandante de la fuerza internacional en Afganistán, fue también relevado del mando por el Presidente Obama por hacer similares comentarios a micrófono abierto.

Cuando esto pasa con la cúpula militar del aguerrido ejército del imperio es que algo está muy, pero que muy podrido en el reino afgano en el que nos hemos dejado - por parte de España 98 - muchas bajas antes de abandonarlo a su suerte de aquí a un par de años.

Pero lo que de verdad cuenta es que a pocas horas de intervalo hay en el mundo dos represaliados por decir la verdad a la opinión pública, el policía por pundonor - "a mí me van a decir quién está y quien no infringiendo la ley" - y el militar por orgullo patrio - "ya solo falta que le dejemos a Karzai pincharnos el ojo con una aguja" - en dos situaciones totalmente distintas. El problema para los represores es que ahora los medios de comunicación y sus millones de seguidores toman nota y reclaman responsabilidades, no por decir la verdad sino por reprimirla. No tengo nada que objetar a mantener la disciplina en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, pero hombre, que se corten un poquito los políticos que creen que nos representan solo por que en el mejor de los casos se gastan nuestro dinero - y en el peor las vidas de nuestros jóvenes - sin ningún tipo de rendición de cuentas. Vaya panorama el que nos han ofrecido ambos países este fin de semana...

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