Mi ámbito de trabajo son las relaciones internacionales, así que estamos hablando de aplicar la transversalidad de género en la planificación y conducción de la política exterior española, en la que están perfectamente imbricadas con carácter prioritario la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer y la lucha contra las lacras que obstaculizan ambas cosas. Sin ninguna duda, como se ha apuntado en el curso, el punto de partida es la Declaración y la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, adoptadas el 15 de septiembre de 1995 en Pekín. En dicha Conferencia la delegación española, al ser nuestro país Presidencia de turno de la Unión Europea, fue el el portavoz de la UE y en sentido más amplio, de todo el mundo occidental-desarrollado, al ser su equipo negociador - paritario en hombres y mujeres - el más activo y el único que ofrecía unos textos verdaderamente alternativos a los pergeñados por la Secretaría bajo la influencia del grupo de países en desarrollo, mucho menos progresistas y excesivamente tímidos a la hora de abordar cuestiones como la salud sexual y reproductiva o la orientación sexual.
Más que hablar de lo que se podría hacer, creo que sería más instructivo referirme, de forma obligadamente esquemática, a lo que ya se está haciendo para reforzar la transversalidad de género en nuestra política exterior y, sobre todo, para promover entre los restantes miembros de la comunidad internacional la aplicación de políticas de género en todas sus actuaciones internacionales. Partimos de una premisa básica: lo que promovamos que hagan otros debemos estar haciéndolo ya nosotros. La tarea empieza, por lo tanto, en casa.
En el ámbito interno, la plena incorporación de la mujer al mercado laboral y al funcionariado, incluido a los cuerpos superiores como la Carrera diplomática, han repercutido positivamente a lo largo de los últimos decenios, pasándose de una situación claramente discriminatoria - no se admitieron mujeres en dicha Carrera hasta entrados los años 60 - a garantizar su acceso en igualdad de condiciones y a su desempeño con igualmente plena igualdad respecto a condiciones de trabajo, retribuciones y complementos.
El acceso de la mujer española al desempeño de altos cargos en la política exterior y también en el funcionariado internacional se va reforzando día a día, aunque llevará aún algún tiempo alcanza, si no la paridad absoluta, al menos un equilibrio razonable (la horquilla del 40%-60%).
El nombramiento de mujeres Embajadoras en países donde no existe la igualdad de derechos para la mujer, más allá de constituir una clara declaración de intenciones, lanza una potente señal que difícilmente podría ser ignorada en el Estado receptor, tanto por sus autoridades como por su población.
Desde la creación del Instituto de la Mujer por Carlota Bustelo en 1983 hasta la aplicación del II Plan Nacional sobre Mujer, Paz y Seguridad, pasando por la aprobación de la Ley de Igualdad, han sido muchas y muy importantes las actuaciones e iniciativas políticas imposible de numerar aquí, muchas de ellas promovidas y empujadas por organizaciones de la sociedad civil, que se han traducido en avances concretos hacia la igualdad y el empoderamiento de la mujer en España.
Pero volvamos a la nuestra política exterior. Las distintas actividades en el ámbito de las relaciones internacionales suelen agruparse en cuatro grandes grupos de temas diferenciados pero íntimamente interrelacionados y claramente interdependientes: (a) mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales; (b) promoción de un desarrollo sostenible; (c) protección y promoción de los derechos humanos; y (d) asuntos humanitarios. Sin tratar en ningún caso ser exhaustivo, estos son algunos ejemplos de cómo España está aplicando perspectivas de género en todos ellos:
En el sector de la paz y la seguridad
- Nuestro país ha sido y sigue siendo claramente un decidido impulsor de la agenda Mujer, Paz y Seguridad, surgida de la histórica resolución 1325 del Consejo de Seguridad. Durante la presidencia española de dicho órgano, en octubre de 2015, y a iniciativa suya se diseñó y adoptó la resolución 1422, una puesta al día crucial de la res.1325 en la que la mujer ya no es solo víctima de los conflictos sino protagonista del mantenimiento, construcción y consolidación de la paz.
- Además España introduce la necesidad de que se contemple la perspectiva de género en todas las operaciones de mantenimiento de la paz, lo que supone tanto el seguimiento de la situación de la mujer en el país donde se despliega cada misión, sino también la incorporación a cada Misión de expert@s de género, cuya misión incluye la de vigilar y sancionar discriminaciones así como actos de abusos y explotación sexual. Para que no se pierda impulso en este ámbito, España crea un Grupo de Trabajo en el seno del Consejo de Seguridad pàra hacer un seguimiento puntual de la situación en cada una de las operaciones de mantenimiento de la paz.
- España se incorpora a la Alianza de Jefes de Estado y Gobierno contra la Explotación y el Abuso Sexual, una lacra de la que nuestro país, hasta el momento, se encuentra libre.
- También apoya decididamente la política del Secretario General de las NNUU para transversalizar la perspectiva de género en todo el sistema onusiano, tanto en los puestos de responsabilidad de la Organización y en su equipo de Representantes y Enviados Personales y Especiales, como en en el terreno incluyendo en las operaciones de mantenimiento de la paz, en las que no solo se debería triplicar a medio plazo el número actual de efectivos militares y policiales femeninos (un magro 7%), sino también situarlos en posiciones de responsabilidad y mando. Ello conlleva obligaciones no solo para la Secretaría de la Organización sino también exige la implicación proactiva de los países que proporcionan tropas para las misiones de paz..
- En este sentido. España lanzó en septiembre 2019 en Nueva York una iniciativa para comprometerse a incrementar significativamente el número de cascos azules mujeres, a la que ya se han apuntado decenas de países.
- Como líder de la iniciativa Alianza de Civilizaciones, y bajo la dirección del diplomático y exministro español Miguel Ángel Moratinos - se ha introducido un pilar dedicado exclusivamente a la igualdad y empoderamiento de la mujer, sin las cuales no tendría sentido esta iniciativa de cooperación entre los mundos occidental y musulmán.
Desarrollo Sostenible
- Por supuesto, la introducción de la perspectiva de género en todos los grandes pactos actuales, como la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Declaración y Plan de Acción para los Pequeños Países Insulares (SIDS) Camino de Samoa, o el Plan de Acción para los Países sin Litoral (LLCs).
- La promoción del uso de los microcréditos por las mujeres y la financiación de asociaciones de mujeres emprendedoras en países en desarrollo.
- La promoción y financiación de colectivos femeninos para la promoción de la paz y el desarrollo, como el Foro de Mujeres del Sahel, compuestos por Ministras de los países de esa región.
- Facilitar el acceso de mujeres y niñas a lo servicios financieros, económicos, educativos o sanitarios en países en desarrollo.
Derechos Humanos
- Nuestra actuación está centrada en la abolición universal de la pena de muerte y en la promoción y defensa de los derechos de la mujer. Son las dos grandes prioridades de nuestra política exterior en este ámbito.
- La lucha contra la violencia de género, la explotación y abusos sexuales, la trata de mujeres, la discriminación de mujeresy niñas son constantes en nuestras actuaciones, tanto en el marco del Consejo de Deefchos Humanos en Ginebra, como en el de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
- Mención muy destacada a la colaboración activa con la Comisión contra la Discriminación de la Mujer (CEDAW) y a la participación de nuestro país, siempre multidisciplinar, muy nutrida en número y en eventos paralelos, en la sesiones anuales de la Comisión sobre la Condición Social y Jurídica de la Mujer (CSW).
- Apoyo constante, político y financiero, a ONU-Mujeres, agencia a cuya creación contribuyó España decisivamente.
Ámbito Humanitario
- No solo se refiere a la asistencia humanitaria en razón de catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, sino también a todas las cuestiones conexas a la condición femenina como grupo especialmente vulnerable en circunstancias determinadas: la situación de mujeres y niñas en conflictos armados, la violación como arma (y crímen) de guerra, las mujeres y niñas enroladas a la fuerza como combatientes o agentes terroristas, la explotación y abusos sexuales durante el despliegue de una misión internacional de paz .
- También puede incluirse en este apartado la especial atención a la situación de las mujeres en los campos de refugiados o de desplazados internos.
Puede citarse otros aspectos de nuestra acción exterior, como la presentación de candidaturas de mujeres españolas a puestos de responsabilidad y de dirección de organismos internacionales, o el nombramiento de altos cargos - Ministras, Secretarias de Estado, Subsecretarias, Directoras Generales - y Embajadoras...
En todos estos ámbitos la política exterior española incluye una clara perspectiva de género. Evidentemente aún queda mucho por hacer en lo que a transversalidad de género se refiere: todavía predicamos mucho pero, en ocasiones sin dar el necesario ejemplo. Sigue siendo penoso que nuestro país aporte solo un 8% de mujeres a sus despliegues internacionales de tropas, cuando en la vecina Francia es el 14% y en EEUU el 19%. Y es aún más lamentable que nuestra Guardia Civil siga siendo un cuerpo con una cifra cercana al 0% de mujeres en misiones internacionales. Y, aún más, que ambas instituciones - actualmente dirigidas por sendas mujeres - se resistan a publicar datos transparentes y fiables sobre las cifras y porcentajes de participación en dichas misiones, aun cuando la ley les obliga a ello.