Zoe

jueves, 11 de noviembre de 2010

UN VINO DE EXCEPCION

La Bastide aux Oliviers, terrases du Larzac, Coteaux du Languedoc (AOC)

Elaborado por Martine y Jean-Luc Quinquartet (34725 St André de Sangonis, www.domainedefamillongue.fr) es un vino excepcional, que reconozco no escogí por haber sido premiado con la medalla de Oro del Concurso de Grandes Vinos del Languedoc-Rousillon de 2008, detalle en el que me fijé una vez consumida la primera botella, sino por su sugestiva etiqueta (ese loro tropical meciéndose sobre la suelta rama de un olivo).

La excelente calidad del producto en boca, redondo y de aroma inconfundible, me hicieron buscar sus fuentes, una mezcla de caldos de Carignan y Syrah, a los que se añade un fondo de Garnacha y Cinsault.

Y crea dependencia. Si lo encuentran en su vinoteca favorita, no lo duden ni un momento. Les aseguro que volverán al día siguiente para comprar la caja entera.

¿Y por qué en España no tenemos estos vinos? Es decir, tenemos y muchos, pero ¿como éste? Nuestras nuevas denominaciones de origen están a años-luz de estos vinos regionales franceses, contundentes, honestos y de excelente relación calidad / precio, algo que se ha perdido irremediablemente en nuestro país, gracias a las dos lacras nacionales, la envidia y la codicia. Los bodegueros de la Ribera del Duero y de la Rioja saben de lo que estoy hablando. Yo ya he decidido de pasar de ellos.

viernes, 5 de noviembre de 2010

BRITISH AIRSHIT


No alcanzo a comprender como nuestra compañía de bandera, nuestra españolísima IBERIA, ha sido capaz de fusionarse con esta compañía de autobuses de la gran bretaña. Todo el prestigio, la imagen, la alegría, el olor a arena caliente, el sabor de la sangría, el sudor y el esfuerzo de generaciones de empleados - los de mi padre incluidos - miserablemente perdidos por una alianza que será muy estratégica, pero que solo ha beneficiado a los miserables que ocupan las poltronas de la nueva compañía, que Dios les confunda. Si hemos sido capaces de salvar las joyas de la corona a pesar de los burócratas de Bruselas, ¿por qué hemos permitido tamaña fechoría?

Como ejemplo baste un botón. Nueve horas de vuelo sin escalas con un simple desayuno servido una hora tras el despegue. Nada más, ni el bocata de EasyJet, ni tan siquiera la opción de comprar tu menú que ofrece IBERIA. Míseros cacahuetes y galletitas no aptas para el colesterol por su alto contenido en grasas monoinsaturadas. Y agua, muchos vasitos de agua. En eso se ha quedado el Imperio Británico, haciendo agua por todas partes. Pero eso sí, se quedó los 1.400 US$ del pasaje por un servicio que no he visto ni en compañías del tercer mundo, en una cabina sucia y con varios de sus televisores - unico entretenimiento a bordo - rotos.

Pero hay más, esos azafatos tan orondos y sonrosados ellos, con pintas y modales de mozos del matadero de cerdos de Purleigh (Essex), que te proponían tomar una copa al fondo del avión para hacerte olvidar el hambre. Y lo peor, ese piloto que aterrizó como si hubiera tirado el avión en plancha a una piscina, y luego zigzagueó como pudo mientras se le ponían los pelos como escarpias al pasaje...

No vuelvo a subir a un vuelo de la British Airshit, y les aconsejo que tampoco lo haga ninguno de los que me estén leyendo. Viajan en ellos nostálgicos del Imperio, colonos asilvestrados y surafricanos borrachuzos. Para ellos todo esta perfecto. Mala gente para viajar en compañía.